top of page
  • Hernán Pesis | Educador Felino

Conductas «supersticiosas» ¿Pueden los gatos manifestar rituales supersticiosos? El caso de Román


Imaginemos la siguiente situación:

Después de una racha de varios exámenes reprobados, a Pablo se lo notaba muy preocupado. No obstante, la última nota había sido sobresaliente. Pablo no entendía muy bien el por qué de ese resultado, ya que a ese examen le había dedicado la misma cantidad de tiempo de estudio que a los demás. No obstante, se día Pablo había estrenado una remera que, semanas antes, su novia le había regalado para su cumpleaños. ¿Sería que esa remara de color turquesa, con la imagen de Yoda blandiendo su sable láser, había provocado un cambio en su suerte? ¿Y si en el próximo examen decidía utilizar la misma remera, aprobaría? Pasaron los días y Pablo le dedicó un buen tiempo de estudio al examen que se aproximaba, pero esta vez estaba más calmado ya que tenía en su poder el «arma» que modificaría esas energías universales negativas y que lo ayudaría a aprobar. El día del examen, Pablo se presentó en la facultad con su mochila, sus libros de estudio y la remera turquesa con la imagen de yoda. Al finalizar el examen, Pablo estaba extasiado ¡había obtenido un nuevo sobresaliente!


¿Qué probabilidades habría, luego de esta segunda nota sobresaliente, que Pablo volviera a utilizar la misma remera en su próximo examen? ¿Qué pasaría si algún día decidiera no ponerse la remera... y ese día reprobara? ¿Tiene la remera «poderes especiales» o Pablo está atrapado en un programa de reforzamiento adventicio de conductas que no tienen ninguna función, y son conocidas como conductas supersticiosas?


CONDUCTAS SUPERSTICIOSAS

B. F. Skinner, padre del Condicionamiento operante -mecanismo de aprendizaje responsable de la instauración de este tipo de ritualizaciones- afirmaba que la mera contigüidad temporal entre cualquier tipo de conducta y un reforzador relevante puede fortalecer la primera, aunque dicha conducta no haya provocado directamente la aparición de dicho reforzador. Este tipo de reforzamiento accidental, también llamado reforzamiento adventicio, es responsable de la instauración y mantenimiento de las denominadas por el mismo Skinner como conductas supersticiosas. Pero, ¿Pueden los gatos, y otros animales no humanos, manifestar este tipo de conductas? La respuesta es: Sí.


LA SUPERSTICIÓN DE LA PALOMA

En el año 1948, B. F. Skinner realizó un experimento en el que participaron ocho palomas, todas ellas privadas de alimento.

Las palomas fueron introducidas en una caja especial utilizada en Análisis Experimental del comportamiento conocida como Cámara de Condicionamiento operante o Caja de Skinner (por su inventor).

Las cajas habían sido programadas para entregar pequeñas raciones de comida a intervalos regulares de tiempo (15 segundos), independientemente de las conductas que en ese momento estuvieran emitiendo las palomas. Luego de varios ensayos, las palomas fueron capaces de establecer correlaciones entre sus comportamientos antecedentes y la consecuencia. No obstante, estas correlaciones no eran de causalidad, sino que se instauraban debido al mismo mecanismo de correlación adventicia. Cada paloma manifestaba un comportamiento particular «capturado» de forma adventicia en el momento de la entrega de la ración de alimento. Si bien dichos comportamientos eran inútiles, cada paloma «creía» que su conducta había provocado la aparición de la ración de alimento. Se había instaurado, en cada paloma, una conducta supersticiosa particular: Una de las aves giraba en sentido contrario a las manecillas del reloj, otra embestía sobre la caja, otra se sacudía, dos realizaban movimientos pendulares con la cabeza y otra picoteaba el suelo. En otros experimentos replicados se observaron otras conductas como, por ejemplo, aleteos y arrullos.

«La superstición de la paloma» (1948). La instauración de rituales supersticiosos se han observado en varias especies, incluyendo gatos y humanos.


La contigüidad azarosa entre un comportamiento y un reforzador es suficiente para fortalecer el comportamiento antecedente en un solo ensayo. Este mecanismo de aprendizaje es tan potente que opera sobre seres humanos provocando la aparición de numerosas conductas ritualizadas, ridículas desde el punto de vista lógico, pero de la cual es muy difícil escapar.


EL CASO DE ROMÁN

Camila R me consultó por una conducta que su gato Román había empezado a manifestar y que le llamaba la atención y a la vez le preocupaba. Voy a hacer un resumen del caso, obviando todo el detalle del Análisis Funcional previo para focalizarme en la relación entre la conducta problema de Román y el tema de esta publicación.

Román es un gato de 3 años, castrado, muy sociable y juguetón. Desde hace varios años que Camila R y Román mantienen una rutina de juego que les resulta muy estimulante a ambos: Ella se esconde y él la busca, una vez que Román la encuentra, se persiguen durante un rato pero sin ningún tipo de manifestación agresiva por parte de Román hacia ella.


Hace un par de meses que, en pleno juego, Román se frena, se prende del brazo de Camila R y comienza a manifestar una conducta de amasamiento y monta (sin función sexual). En ese momento, Camila R interrumpe inmediatamente el juego y observa que Román se aleja de ella tranquilamente para realizar otra actividad, entre las cuales se incluyen comer, jugar con otro juguete y utilizar su bandeja sanitaria.


¿Podría ser que la conducta de amasamiento y monta haya sido instaurada de forma adventicia como una conducta supersticiosa?

¿Por qué estaríamos hablando de una conducta supersticiosa? Porque durante la instauración del comportamiento de Román, la emisión del mismo y la consecuente finalización del juego no tenían ninguna relación funcional. Camila R siempre finalizaba el juego pasados X minutos, independientemente de la conducta de Román. La misma rutina había fortalecido el comportamiento supersticioso con el acceso de Román a otras actividades. El comportamiento supersticiosos se había manifestado, probablemente, como una variación del juego, pero sin el objetivo de finalizarlo.


OTROS CASOS MUY COMUNES

Muchos comportamientos supersticiosos se han observado en gatos a los que se les raciona su alimento a intervalos de tiempo fijos. La entrega de la ración de alimento, luego de un intervalo más o menos largo de privación, puede adquirir función de reforzador de las conductas antecedentes y fortalecer aquellas contiguas al reforzador, sean o no causa directa de la obtención de este. Estas conductas pueden variar desde maullidos, giros y frotamiento en objetos, hasta conductas agresivas redirigidas hacia otros gatos.

...

2580 visualizaciones
bottom of page